La vida recorre extraños caminos. Caminos que uno es incapaz deprever, y que nunca sabe adónde conducirán. Pero el más extraño y a la vez más peligroso de los caminos es aquél por medio del cual perdemos la inocencia; algunos pocos con suerte la abandonan voluntariamente.
Idealizamos esa inocencia que perdimos. Pero en ocasionesolvidamos que la pérdida de la inocencia es también el inicio denuestra liberación.
Los personajes que pueblan esta novela hanperdido ya la inocencia; pero tratan aún de encontrar su liberación.Raúl, un joven adolescente que recientemente descubrió su verdaderasexualidad, trata de superar las secuelas que un hecho catastróficodejó en su familia. Mónica, su amiga, recuerda con alegría y tristezaa su propia madre, su muerte, mientras convive con el monstruoculpable de todo ese dolor. Ambos conocerán el primer amor, ambosdarán el primer paso hacia una nueva vida. Pero uno la vida, ya losabéis, recorre extraños caminos.
A través de oníricas ensoñaciones