A LOS DIEZ AÑOS YA HABÍA SOBREVIVIDO A DOS GUETOS, EL CAMPO DE EXTERMINIO DE AUSCHWITZ Y EL DE SACHSENHAUSEN, Y A LA TERRIBLE «MARCHA DE LA MUERTE» DE 1945. EL NÚMERO B-2930 TATUADO EN SU BRAZO FORMA PARTE DE SU VIDA. «NO ME QUIERO BORRAR EL NÚMERO. NUNCA