El retrato de un políticoextraordinario. Alfredo Pérez Rubalcaba fue una figurasingular y decisiva en todos los ámbitos de la política española delas últimas décadas. Químico de formación, cambió muy pronto la batablanca del laboratorio por el traje y la corbata, más propios de lospasillos del Congreso en el que representó a los españoles duranteseis legislaturas. Consagró treinta años de su vida a la construccióny al fortalecimiento de la democracia, hasta el punto de que ningunode los grandes acontecimientos sucedidos desde el primer gobiernosocialista hasta nuestros días puede explicarse sin su presencia.Su temprana e inesperada muerte nos arrebató a un hombre de Estadoen el mejor sentido de la expresión. Inteligente y lúcido, fue unrival temido por sus adversarios, pero también respetado por sulealtad y discreción, por su elegante forma tanto de dedicarse a lapolítica como de abandonarla. Quizá porque ya no quedan perfiles comoel suyo, su desaparición causó un impacto profundo entre losciudadanos que, al margen de ideologías y por encima de lasdiferenci