Todas las familias felices es la polifonía narrativa de los ramales conflictivos del México contemporáneo y, por extensión, del mundo. Un ranchero quiere que sus cuatro hijos sean sacerdotes; ellos piensan distinto. Un hombre es humillado por su patrón; su hijo quisiera humillarlo más. Una madre renuncia a su carrera de cantante y se pregunta si valió la pena; su hija renuncia al mundo y vive a través de los reality shows. El hijo del presidente se rebela contra su padre, pero depende de su protección. Una mujer sufre el sadismo de su marido por amor. Una madre dolorosa explica la vida de su hija al hombre que la asesinó. Una pareja sesentona se reencuentra y se pregunta si de veras fueron jóvenes amantes. Un comandante debe escoger quién morirá de sus dos hijos. La vieja madre de un joven mariachi lo rescata. Una fiel pareja gay enfrenta la tentación. Una prima fea hace peligrar un matrimonio. Un cura esconde a su hija en una aldea. Un mujeriego se niega a casarse con su amante por temor a matar el placer. Un actor es obligado a enfrentar la realidad por su hijo minusválido. Un hermano incómodo desafía la vida de su frater. Un Don Juan juega con dos mujeres que le dan su merecido. Tres hijas se reúnen en torno al féretro de su padre por última vez en diez años. Y todas estas historias son puntuadas por «coros», algunos humorísticos, la mayoría trágicos, que dan voz a los sin voz: niños mendicantes, hijas violadas, huérfanos, parientes rivales, traficantes, pandillas asesinas que descienden de las calles de Los Ángeles o ascienden de las selvas de Centroamérica. Reseña:
«Nadie sino Carlos Fuentes podía haber escrito una novela de novelas.»
Julio Ortega, El País